¡Que la crisis sanitaria y social no la sigan pagando las y los trabajadores con sus ahorros! Esa es la consigna que anima el proyecto de ley que busca establecer, por única vez, una tasa de gravamen de 2,5% a personas cuyos patrimonios brutos sean igual o superior a los $22 millones de dólares. La recaudación se destinaría al financiamiento de una Renta Básica de Emergencia (RBE) que esté por sobre la línea de la pobreza y beneficiaría a más de 11 millones de personas. El proyecto, impulsado por parlamentarios(as) de Oposición, es promovido por la CUT y el impuesto solo afectaría al 0,05% de la población, es decir a no más de 1600 personas poseedoras de las mayores fortunas del país, entre ellas la del presidente Sebastián Piñera.
En la Comisión Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara de Diputados se está debatiendo el texto legislativo que exige modificar la Constitución. En su único artículo señala el objetivo de establecer: “…por una sola vez, un impuesto al patrimonio de las grandes fortunas personales, cuya recaudación será destinada al financiamiento de una renta básica de emergencia. Quedará gravado con una tasa de 2,5% el patrimonio bruto de las personas naturales con domicilio en Chile, titulares de bienes y derechos, en Chile o en el extranjero, al 31 de diciembre de 2019, equivalentes a un valor igual o superior a veintidós millones de dólares americanos”.
La recaudación de este impuesto a la riqueza: “…permitiría implementar políticas públicas de emergencia social y económica, tales como una Renta Básica de Emergencia, por sobre la línea de la pobreza ($369.205 para un grupo familiar de 3 personas. CASEN, abril 2020), al menos al 80% de los hogares más vulnerables, por 3 meses, sin distinguir entre trabajadores formales e informales, lo que beneficiaría a cerca de 11.500.000 personas”, se consigna en el proyecto.
El impuesto al patrimonio (o a la riqueza) afecta al conjunto de bienes de una persona, por ejemplo, viviendas, oficinas, tierras, yates, aviones, acciones, joyas, objetos de antigüedad, etcétera).
La CUT y la FIEL intervinieron en el Congreso, respaldando el impuesto a los súper ricos
Este miércoles, en la sesión de la Comisión Constitución, intervino el secretario General de la CUT, Nolberto Díaz. La semana anterior hizo lo suyo, el economista Fernando Carmona, encargado del Programa de Políticas Públicas de la Fundación Instituto de Estudios Laborales (FIEL Chile) de la CUT. Ambos argumentaron a favor de este proyecto de ley, el cual recoge propuestas de la FIEL.
Díaz repasó la radiografía de la crisis sanitaria y sus consecuencias económicas derivadas del mal manejo de la pandemia por parte del Gobierno que con sus políticas públicas hasta ahora ha sido la Clase Trabajadora que, con sus ahorros previsionales y con los de su Seguro de Cesantía, ha tenido que hacerle frente. Y ante esta alarmante nueva oleada de contagios COVID-19, el dirigente, interpeló a los parlamentarios (as) aprobar este proyecto, pues, enfatizó que se requieren medidas más extraordinarias y urgentes.
“Vivimos una pandemia y una emergencia como nunca se ha vivido en los último cien años. Eso exige tomar más medidas extraordinarias y urgentes cuando ha habido un Gobierno que ha sido incapaz de darle respuesta a los chilenos. Los chilenos para salvarse en esta crisis, básicamente lo que han hecho es usar sus fondos de pensiones o los seguros de cesantía que suman US$ 34 mil millones que los trabajadores chilenos sacaron de sus ahorros e inyectaron en la economía”.
Y es por ello que exigió: “El Gobierno, definitivamente, levante US$3900 millones por una sola vez en un impuesto especial al grupo de 1600 chilenos más ricos de este país que […] que son familias que tienen más de UDS$250 mil millones acumulados”.
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En tanto, Carmona, economista de la FIEL, destacó que uno de los elementos importantes de este proyecto de ley descansa en el hecho de plantearse solo por una vez el gravamen del 2, 5% pues, eso desincentiva, por ejemplo, la tentación de llevarse bienes fuera del país ya que el costo de una decisión como esa, sería mayor al impuesto mismo.
“Lo más relevante es que es un impuesto que se propone que sea de una sola vez, por lo cual cualquier impacto sobre la macroeconomía queda realmente diluido porque al ser de una sola vez, todos los incentivos perversos – que podríamos llamar a sacar los fondos del país- se ven anulados por el costo mismo del impuesto que no logra superar el traslado de los fondos o del patrimonio fuera de Chile, o sea estamos hablando de venta de propiedades, venta de inmuebles, liquidación de acciones”, explicó.
Otro aspecto relevante es que se podría recaudar: “…al menos US$3.909 millones, y si es que recaudáramos todo lo que puede recaudar, estaríamos hablando de más de US$ 6.500 millones, pero eso solo lo sabremos cuando se pueda recaudar”.
Este impuesto a la riqueza, es muy acotado. Solo afectaría al 0,05% de la población del país, es decir alrededor de 1.600 personas, por lo tanto, sostuvo Carmona: “El hecho que sea tan poca gente la que hay que fiscalizar permite que sea muy eficiente el cobro del impuesto. El Servicio de Impuestos Internos podría hacer rápidamente (lo que propone el proyecto son 30 días) este cobro de impuesto patrimonial”.
A juicio del economista, a las mayores fortunas del país: “Se les debe exigir un aporte hacia la sociedad – que es la que de alguna manera les permite estos altos niveles de fortuna- para paliar principalmente los gastos de las familias en una situación donde están muy pronto a volver a cuarentena total”.
En el informe de la FIEL, cuyos planteamientos están recogidos en el proyecto de ley, se explica que el piso de los montos de los patrimonios que serían objeto de este tributo (fortunas personales igual o superior a los US$ 22 millones) se estableció tomando indicadores internacionales sobre “umbrales de riqueza” que definen a los “súper ricos” como aquellas personas que: “…tienen un patrimonio equivalente a 30 x 30 veces el ingreso medio, es decir aquellos que pueden vivir de los “intereses de los intereses”. En el caso de un individuo calificado solo como “rico”, su patrimonio equivale a 30 veces el ingreso medio per cápita de un país.
- Lee acá informe de la FIEL sobre el Impuesto a los Súper Ricos