Por segundo año consecutivo, la conmemoración del 1º de Mayo tuvo características especiales generada por el cumplimiento de los protocolos sanitarios. Es por eso que en la sede de la CUT, su presidenta, Bárbara Figueroa, junto a un número reducido de dirigentes, encabezó el acto semipresencial en homenaje a las luchas de la clase trabajadora. En su discurso, Figueroa no solo reiteró las urgentes demandas que desde hace ya más de un año ha planteado al Gobierno para sortear integralmente la crisis multidimensional, también abordó las tareas y desafíos que impone la reactivación económica del país y el Proceso Constituyente en curso.
En la antesala de este 1º de Mayo, se vivió a lo largo del país, con distintas expresiones, la Huelga General Sanitaria convocada por la CUT. Y, justamente, este 30 de abril: «…lo que marca es el inicio de un proceso ascendente de movilizaciones de no ser escuchadas nuestras demandas. No es el fin de un ciclo. Es el inicio de un proceso, donde no podemos seguir tolerando la indolencia y ser cómplices pasivos de aquella actitud negligente a consciencia de esta autoridad», advirtió la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa en parte de su discurso que fue transmitido por las plataformas digitales de la CUT. Junto a ella estuvieron la vicepresidenta Nacional, Amalia Pereira; la consejera nacional encargada de la Secretaría de Salud, Karen Palma; el vicepresidente de Comunicaciones, Eric Campos; el presidente de la ANEF, José Pérez; el presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre, Patricio Elgueta y el consejero nacional y presidente del Sindicato CIAL Alimentos, Carlos Cerda.
«Tuvo que llegar la convocatoria de una huelga para que recién el Presidente de la República entendiera que es necesario el diálogo y que vivimos una crisis. Fue, precisamente, la convocatoria a esta huelga sanitaria la que dio paso ayer a una reunión para poder abordar recién , después de un año, medidas universales para enfrentar la crisis», dijo Figueroa en alusión a la reunión que sostuvo el Gobierno con la presidenta y el vicepresidente del Senado, Yasna Provoste y Jorge Pizarro, respectivamente, y representantes de la Cámara de Diputados(as), donde se acordó una «agenda de mínimos comunes» para abordar las ayudas universales a las familias. Tras ese encuentro, Provoste llegó hasta la sede de la CUT para sostener una reunión con los dirigentes de la Central.
En su discurso, Figueroa reiteró las demandas claves que con urgencia la CUT viene hace más de un año planteando: Renta Básica de Emergencia de $500 mil para el 80% del total de la población; salario mínimo sobre la línea de la pobreza; congelamiento de los precios de los alimentos; protección efectiva del empleo; reformas a las ley del Teletrabajo y Protección del Empleo; suspender la causal de despido por el artículo 161, impuesto a los súper ricos, royalty minero, entre otras, precisando que una Renta Básica de Emergencia y un salario mínimo de $500 mil, no son exigencias corporativas sino de mirada país, pues la reactivación de la economía es guiada por los salarios e ingresos de los hogares.
Sobre la crisis que atraviesa el país, afirmó: » El Presidente dejó de gobernar para los chilenos y chilenas y pasó a gobernar para la clase empresarial», agregando que: «Al fin comienzan a terminar cuatro años de martirio para la clase trabajadora en los meses que restan, pero no permitiremos que so pretexto de aquello, hoy se vuelva a dejar abandonado a los millones de chilenos y chilenas. Sabemos que en los meses que restan, ya se ha tomado una decisión política del Gobierno: defender los intereses de la clase económica, de los poderosos de este país, del 1% más rico, con respuestas tardías, reservas de Constitucionalidad. Desde nuestra trinchera, seguiremos bregando, presionando y en estado de alerta para exigir que las demandas del pueblo sean escuchadas».
Respecto de la reactivación de la economía, aseguró que: «Exigiremos que contemple un capítulo especial sobre condiciones laborales y, particularmente, protección del empleo y el trabajo decente tanto en el ámbito privado como público. Hay urgencias que atender hoy y grandes tareas y desafíos para mañana. La reconstrucción económica debe ir de la mano de trabajo decente. Y esa será nuestra apuesta y desafío en lo que resta de este Gobierno para enfrentar no solo la tarea inmediata sino que el desafío de crear puestos de trabajo de calidad tras la pandemia».
El Proceso Constituyente en curso también lo abordó, afirmando que la nueva Constitución que se redacte en democracia debe ser una Carta Magna transformadora del actual ordenamiento jurídico del país que contemple no solo: «…un capítulo especial sobre la garantía del trabajo decente» sino también debe diseñar un cambio de paradigma: «..un nuevo trato: ¡no más abusos, no más corrupción, no más maltrato a la clase trabajadora! Debemos sacar al mercado del centro y volver a poner el valor del trabajo, a los trabajadores y trabajadoras al centro de la sociedad, al centro de la nueva Constitución».
El acto semipresencial contempló la participación, vía remota, de La Chinganera y Manuel Sánchez y de la banda Tomo como Rey.