En la sede de la CUT, se realizó el conversatorio: “Automatización, impactos y experiencias desde la OCDE: Desafíos del movimiento sindical chileno”, cuyo principal orador fue el secretario general del Comité Consultivo Sindical (TUAC) de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Pierre Habbard quien afirmó que de acuerdo a proyecciones de la OCDE: “la estructura de la economía chilena muestra que hay sectores que están mucho más expuestos a la digitalización y que hoy en día, no están listos para enfrentar la digitalización en términos del uso de nuevos sistemas de producción”.
En el encuentro, realizado el viernes pasado y organizado por la Vicepresidencia de Relaciones Internacionales de la CUT a cargo de la consejera nacional Tamara Muñoz, participaron dirigentes sindicales de empresas nacionales y transnacionales quienes plantearon sus inquietudes al ejecutivo del TUAC. Este es el órgano que coordina y representa las opiniones del movimiento sindical de los países miembros de la OCDE.
Habbard en la oportunidad, destacó que las recomendaciones del TUAC para que Chile minimice este impacto en el empleo producto de las nuevas tecnologías, están orientadas en tres ejes: Potenciar los derechos de los trabajadores a la información y consulta sobre los planes de crecimiento y estrategias de integración tecnológica de las empresas donde trabajan; derecho de los trabajadores a la capacitación en las nuevas habilidades que se requieren y en el derecho de los trabajadores a la protección y negociación colectiva, potenciando en todos los niveles el diálogo social.
Sobre la relación trabajador-empleador, Habbar dijo que se tienen que hacer valer el derecho a la información: “Los trabajadores y sus sindicatos tienen derecho a la información con respecto al futuro de la compañía: ¿Cuál es la estrategia que los gerentes y los directores están implementando para los próximos 5 a 10 años para asegurarse que la compañía permanezca siendo competitiva y lo mismo con el sector público en la administración; ¿cuál es la estrategia para integrar nuevas herramientas tecnológicas y digitales?, ¿qué tipo de empleos serán destruidos o impactados debido a la digitalización y ¿cuál es el plan para crear nuevos trabajos y el plan para acompañar a los trabajadores en cuanto a habilidades? y ¿cuál es el plan, muy importante, para la inversión?”.
En esa perspectiva, sintetizó que “información, diálogo y negociación”, son los pilares para hacer frente a la llamada “ola” tecnológica y estos se deber dar también “a nivel de sector, entre todas las compañías de un sector entre el gobierno y el sindicato para discutir infraestructura, para discutir nuevamente capacitación, educación y discutir estándares mínimos para salarios, para la seguridad de los trabajadores que sean válidos para todos las compañías de un sector. Y diálogo social a nivel nacional”.
Asimismo, dijo que la economía chilena debe crecer respecto de la cadena de valor, es decir debe apuntar a “tener una industria que pueda producir productos y servicios”.
Y si bien, reconoció que esta no es la primera vez que los trabajadores han tenido que lidiar con los cambios tecnológicos –la historia ya da cuenta de eso- esta nueva “ola” tiene características muy especiales en parte también gracias a la globalización: “La característica distintiva precisamente de esta revolución tecnológica o de esta ola, comparada con la anterior, es que esta vez está desafiando la relación empleado-empleador. La digitalización y el uso de datos, pueden permitirle a una compañía seguir controlando a los trabajadores, pero sin enfrentar sus responsabilidades como empleador y ese es el caso de lo que se conoce como la “Economía de plataforma”, lo que se llama “trabajadores por demanda”. El ejemplo clásico es el caso de UBER, donde tienes conductores que económicamente tienen un empleador que se llama UBER, pero, desde el punto de vista legal, a menudo se les conoce como trabajadores independientes. Y, en general, la digitalización les da nuevas oportunidades a las empresas para tercerizar”.
En tanto Muñoz, valoró la jornada porque también los asistentes pudieron dar cuenta de sus experiencias en esta materia dejando en evidencia que ya está afectando la automatización a distintos rubros de la economía chilena: “Tenemos bastantes y grandes desafíos de cómo el movimiento sindical se pone a la cabeza frente a estos nuevos cambios y cómo aportamos a fortalecer el diálogo social para construir una hoja de ruta que apunte a proteger, a mantener las fuentes de trabajo, manteniendo y mejorando derechos, pero nunca retrocediendo en derechos ni menos precarizando aún más el empleo”.