Entre el 15 y 19 de septiembre de 1973, comandos militares llegaron hasta este establecimiento de la red de Salud Metropolitana Occidente, para llevarse detenidos, finalmente, a un total de ocho funcionarios. Los cuerpos de siete de ellos, con varias heridas de balas, aparecieron luego en distintas zonas como el Instituto Médico Legal, Cementerio General y el Puente Bulnes que atraviesa el Río Mapocho; uno permanece aún como detenido desaparecido.
Son estás víctimas de los primeros días del cruento golpe cívico militar de Pinochet, las que recordaron el martes 11 de septiembre, como ya es tradición, los trabajadores de la Salud y la Secretaría de la Salud de la Central se sumó este año a la convocatoria para rendirles un homenaje en el que participó un amplia representación de organizaciones sindicales de la salud pública y privada.
Dirigentes de la multisindiccal, como los miembros del Comité Ejecutivo de la Central –Amalia Pereira (vicepresidenta nacional), Julia Requena (vicepresidencia de la Mujer e Igualdad de Género) y Fabián Caballero, (vicepresidente de Capacitación y Formación Sindical)- acompañaron a las encargadas de la citada secretaría, las consejeras nacionales Karen Palma y Georgina Cortés en esta actividad de homenaje, depositando una ofrenda floral en el monolito que el hospital tiene en sus inmediaciones para recordar a estos ocho mártires de la dictadura.
Cortés, dijo que “como secretaría participamos en este homenaje a los funcionarios caídos, torturados, fusilados y desaparecidos del Hospital San Juan de Dios. En los primeros días del Golpe militar fueron sacados desde sus lugares de trabajo ocho funcionarios, de los cuales siete fueron fusilados encontrados luego en distintos lugares de Santiago y hasta el día de hoy hay un detenido desaparecido. Este acto de homenaje se realiza en el hospital hace ya más de 30 años”.
La dirigente recordó las ocho víctimas: “José Lucio Bagus, detenido desaparecido, era auxiliar de servicio del área de Pediatría, padre de nuestro consejero nacional Franz Bagus; Pablo Aranda, estudiante de Medicina en práctica; Juan Cortés, administrativo; Raúl González y Manuel Briceño, auxiliares de servicio; Jorge Cáceres, técnico paramédico; Manuel Ibáñez, portero y Joan Alsina, sacerdote español jefe de la Oficina de Personal”.
En tanto, Palma explicó que esta actividad en el San Juan de Dios, fue “convocada desde los propios trabajadores, desde las organizaciones del hospital, en las que nosotros convocamos también al resto de las organizaciones para simbolizar con esto, lo que sucedió en los distintos hospitales, consultorios y recintos públicos a lo largo de nuestro país en el año 1973”, enfatizando que el secuestro y asesinato de estos ocho funcionarios, fue producto del solo hecho de “haber considerado su militancia política o haber sido dirigentes sindicales. Creemos que estos hechos son reflejo de lo que sucedió en todo nuestro país”.
En el balance de esta emotiva jornada, Palma dijo que “valoramos la convocatoria, la participación tanto del sector público como privado y de la mayoría que se sintió convocada a acompañarnos. Nos queda pendiente una placa memorial que se instalará en la Posta Central en los próximos días, como parte de esta idea de construir memoria desde los establecimientos de salud con esta sintonía que tenemos con el legado de Salvador Allende a propósito de empatizar mucho con la mirada sanitaria que él le dio al país”.