Así aclara la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, el engaño que envuelve a la eventual contrarreforma laboral (Plan Laboral 2.0) del Gobierno de Piñera, en la que se intenta también vender la ilusión de que jornadas flexibles de trabajo ayudan a “conciliar trabajo y familia”, porque si fuera ese el objetivo: ¿Por qué no se opta, por ejemplo, apoyar el proyecto de ley que reduce la jornada a 40 horas semanales? porque sin duda, lo que hay detrás de la flexibilización laboral no es el “bien familiar” si no aislar al trabajador, fragmentando la cadena de comunicación y organización colectiva entre trabajadores.
La dirigente es enfática en recordar que la CUT siempre ha rechazado la implementación de pactos de adaptabilidad: “Lo rechazamos en el marco del debate, porque eso hay decirlo así para que nadie se llame a confusión, lo rechazamos en el marco del debate con el anterior Gobierno, cuando querían imponer los pactos de adaptabilidad con una tasa de sindicalización muy baja de tal manera que eso fomentara relaciones desequilibradas”, y además se rechazó, acotó, “cuando se propuso -también durante el gobierno anterior- en el marco del debate de la Reforma, los pactos individuales”.
¿Por qué los rechaza la CUT?
“Porque tú como trabajador, trabajadora, nunca estás en igualdad de condiciones con tus empleadores. Por lo tanto si yo pretendo generar un diálogo en equilibrio, no puedo pretender que aquel que da y quita empleo, esté en igualdad de condiciones con aquel que tiene que resguardar esa fuente laboral. Por lo tanto, si yo estoy en una relación asimétrica y me dicen: Tú te vas a entender con tu empleador en igualdad de condiciones y el empleador me propone una jornada y yo no estoy de acuerdo, ¿qué es lo que puede ocurrir ahí?: Que paso a ser parte de una lista negra o que puedo ser parte de malas evaluaciones. Por lo tanto es una ilusión, una quimera”.
En esa perspectiva, Figueroa ahondó explicando que: “Es mentirle a la gente. Es engañarla decirle que tú como trabajador eres más libre cuando estás solo que cuando estás organizado colectivamente. Eso, que es el pecado original de este Gobierno -que es partir de un principio que en las relaciones laborales jamás se va a poder sostener- es probablemente el elemento clave que nos marca una diferencia sustantiva entre nosotros y el Gobierno. Mientras el Gobierno cree que los trabajadores ganan más cuando están solos negociando, nosotros le decimos no, no es así. Los trabajadores nunca van a estar mejor solos que organizados de manera colectiva. Por lo tanto, todo este esfuerzo que está haciendo el Gobierno por instalar estos planes de adaptabilidad individual, los estatutos ad hoc para el Estudiante Joven o lo que mañana puede ser el Estatuto del Adulto Mayor, son cuestiones que en el fondo vienen a segregar, a segmentar a un núcleo de trabajadores que debería estar entendido como un todo, no como sectores especiales. En esa perspectiva no podemos nunca respaldar esta norma”.
La CUT ha acuñado el nombre de Plan Laboral 2.0, para designar el paquete de medidas y proyectos de ley que está llevando adelante el Gobierno de Piñera en materia laboral. Esto en una clara alusión a los objetivos antisindicales que tuvo el Plan Laboral diseñado por su hermano José Piñera durante la dictadura cívico-militar hace ya 40 años y que hoy en pleno Siglo XXI, para el sector que ellos representan, la atomización de los trabajadores y trabajadoras del país, sigue siendo una necesidad para preservar los interés de los empresarios por sobre los derechos laborales conquistados por los movimientos unitarios de obreros y obreras a lo largo de la historia de la humanidad.