La trascendencia y trasfondo de los hechos históricos que dieron origen a la conmemoración del 1° de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores y Trabajadoras, sigue teniendo vigencia en pleno Siglo XXI. Es por eso que honrar la historia del movimiento obrero mundial, y el de Chile en particular, es un deber ético y colectivo más aún cuando se trata de las luchas de trabajadores y trabajadoras que dieron su vida por defender y conquistar derechos básicos que hoy, se ven amenazados no solo por las contrarreformas neoliberales que está impulsando el Gobierno de Sebastián Piñera que precarizan la vida y profundizan las desigualdades sociales y económicas sino también ninguneados por una cultura empresarial abusiva.
A lo largo del Siglo XIX y principios del XX se experimentaron cambios fundamentales en las sociedades. Uno de ellos fue la irrupción de la clase obrera como sujeto histórico –con clara conciencia colectiva- que surgía, precisamente, en medio de la incertidumbre que provocaba el avance del capitalismo industrial promovido por la segunda etapa de la Revolución industrial. Ante las condiciones laborales inhumanas, ante el argumento empresarial de que eran prescindibles y que si no aceptaban las condiciones de trabajo simplemente eran despedidos, ante la incorporación de maquinaria y uso de nuevas formas de energía que vinieron a sustituir el trabajo manual en distintos ámbitos de la economía, los obreros de la época no se amilanaron, no se fueron a sus casas, no guardaron su rabia bajo la apatía o indiferencia.
Al revés, se organizaron porque sin duda “la unión hace la fuerza”, “la fuerza está en la unidad”. El 1° de Mayo de 1886, los trabajadores de Chicago (EEUU) dieron muestra de ello,”. Ya en junio de 1868, el Presidente de los EEUU, Andrew Johnson había promulgado la jornada laboral de 8 horas (Ley Ingersoll). Sin embargo, algunos estados y los empleadores se negaban a cumplirla y seguían imponiendo jornadas de 12, 14 horas. Los trabajadores de la ciudad industrial de Chicago se revelaron y, en un principio, entre 50 mil y 80 trabajadores iniciaron una huelga, pero pronto el movimiento desembocó en una huelga nacional. Según reportes de la época, más de 400 mil obreros se movilizaron; 5 mil huelgas simultáneas. El 3 de mayo, una manifestación de los trabajadores de la fábrica Mc. Cormik (Chicago) es reprimida resultando con seis obreros muertos y varios heridos. El hecho gatilló la indignación convocando para el día siguiente un acto de protesta en Haymarket Square, donde se produce la llamada “Revuelta o atentado de Haymarket”. Allí una brutal represión terminó con un número desconocido de obreros asesinados y un policía muerto. Se declaró estado de sitio, se detuvo a cientos de trabajadores. El 21 de junio 1886, comenzó el juicio contra 31 obreros acusados de promotores de la revuelta. La lista finalmente se redujo a 8 y pese a tener un juicio sin apego a la norma jurídica y sin pruebas en su contra, 3 de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca. Ellos son los “Mártires de Chicago” y en honor a ellos y lo que representan es que en París en el año 1889, se estableció el 1° de Mayo como Día Internacional del Trabajador(a).
Hoy, en Chile el avance de la llamada Revolución 4.0 (automatización y uso de inteligencia artificial en los puestos de trabajo) está siendo la excusa perfecta para establecer políticas de flexibilización laboral y para justificar el cierre de empresas. El modelo económico neoliberal se está agotando. La crisis de empleabilidad, reflejada en los más de 607600 desempleados tiene causas más profundas pero el Gobierno no se está haciendo cargo de ellas.
Porque el interés de este Gobierno por promulgar un Estatuto Laboral para Jóvenes Estudiantes de Educación Superior, solo es para abrir espacio al reemplazo de trabajadores a bajo costo. Los intereses de los empresarios además hoy están siendo protegidos por un órgano del Estado como la Dirección del Trabajo que emite dictámenes en contra de derechos fundamentales de los trabajadores. El Gobierno es sordo ante las demandas del pueblo que en todos los tonos le ha dicho NO + AFP pues es un sistema que fracasó con su promesa de pensiones dignas y justas. Un Gobierno que persiste en una reforma de salud que sacó del closet a las Isapres ya que aseguraron que “no pueden darse el lujo de recibir gente enferma”.
La continuidad y cambio son elementos del devenir histórico. El contexto del Siglo XIX encuentra similitudes frente a la Revolución 4.0 que se está desarrollando en la actualidad. Nadie está en contra de estas transformaciones tecnológicas, pero estás deben desarrollarse con respeto a los derechos. El trabajo decente, la salud, la educación, previsión social, la vivienda, el acceso a bienes de consumo básico son derechos conquistados. La incertidumbre de los trabajadores y trabajadoras frente a los cambios que se están experimentando y frente al discurso empresarial que para adecuarse a estos cambios no les queda otra que precarizar al trabajador, es la misma.
Es por eso, que ante el retroceso y restricciones de derechos conquistados, la CUT convoca a este 1° de Mayo a salir a las calles del país a todos los trabajadores y trabajadoras, a sus familias; a todos a quienes trabajando 10 horas diarias, sus salarios no les alcanza para vivir y que para acceder a un mejor bienestar tienen que endeudarse, destinando más del 70% de su sueldo en pagar las cuentas; a todas las mujeres que exigen igualdad salarial con los hombres; a todos los jubilados que exigen pensiones dignas; a todos los miles de pobladores que aún no tienen casa; a todos aquellos que viven en las llamadas “zonas de sacrificio” donde la contaminación y la crisis hídrica está poniendo en peligro la salud de sus habitantes; a todos los estudiantes que mañana serán la fuerza laboral del país; a todos aquellos que están convencidos que la Salud es un derecho y no un negocio; a todos aquellos que se sienten indignados con los abusos de las alzas de los precios de bienes básicos como la luz, agua, transporte, medicamentos, bencinas; a todos quienes se sienten clase trabajadora: “¡Somos las fuerza que mueve el país: Basta de abusos, basta de alzas. Todos a marchar el 1° de Mayo!