La Central Unitaria de Trabajadores, enfrentada a una persistente agenda anti derechos que impulsa este gobierno, tenemos el deber de señalar:
1.- Reafirmamos como CUT, que enfrentamos como trabajadores y trabajadoras, una agenda anti derechos de las más brutales de las que tengamos registro en las últimas decadas, solo comparables con las reformas impulsadas en plena dictadura. Reflejo de ello son los proyectos de ley de fortalecimiento de las AFP’s, el proyecto de Modernización laboral y el proyecto de modernización de la dirección del trabajo, así como la reforma al código de aguas y la acusación constitucional contra la ministra Cubillos por notable abandono de deberes frente al fortalecimiento de la educación pública. Solo por considerar las iniciativas legislativas más emblemáticas.
2.- Ante este escenario, entendemos que hoy no solo basta con llamar al rechazo de las iniciativas de ley. Es evidente que si no actuamos de manera decidida contra estos proyectos de ley, podemos terminar siendo testigos de acuerdos entre partidos de gobierno y oposición, que sepulten las aspiraciones de las grandes mayorías nacionales, imponiéndose acuerdos en el congreso, en beneficio solo de unos pocos.
3.- Es esta convicción, la que nos llevó a las calles el 8 de noviembre del año pasado en el primer paro nacional activo, el 11 de abril en el segundo paro nacional activo y el 05 de septiembre en la protesta nacional que convocáramos más de 60 organizaciones sociales bajo el lema: “Nos cansamos, nos unimos”. No habrá otro mecanismo que impida que el gobierno avance en su agenda regresiva, si no es con unidad social y con lucha. Para la CUT unidad social no es solo un espacio de convergencia de distintos movimiento, sino que la necesidad del pueblo de Chile de unirse para enfrentar la arremetida neoliberal del gobierno.
4.- Insistiremos en el camino del diálogo con todos los actores y especialmente con el parlamento y los partidos de oposición, para expresar con todos los argumentos necesarios la justeza de nuestro llamado a no avanzar en la legislación de los proyectos de ley mencionados. Pero no bajaremos la presión ante el lobby de los empresarios y las presiones del propio gobierno a los parlamentarios, movilizándonos cada vez que sea necesario.
5.- Enfrentados al avance, con votos de parlamentarios de oposición de la legislación del proyecto del pensiones, y ad portas de un pronuncimairnto del Tribunal constitucional sobre la propiedad de los fondos recaudados por las AFP’s, es evidente que el debate no puede seguir siendo el actual proyecto de ley. Se debe avanzar, de una buena vez, en la construccíon de un sistema de pensiones, donde el Estado retome las funciones fundamentales de la seguridad social, a través del fortalecimiendo de instituciones como el IPS. Solo de esa forma, los dueños de los fondos podrán asegurar que sus ahorros vayan en beneficio de pensiones justas.
6.- Llamamos a los partidos de oposición y a los parlamentarios y parlamentarias, a asumir que no será el camino de los acuerdos y negociaciones con las derecha, la que nos permitirá avanzar en leyes que sean soluciones reales a los dramas y temores que viven hoy los chilenos y chilenas. El avance del proyecto de rebaja de jornada laboral a 40 horas ha sido expresión clara de que es posible unirse como oposición y enfrentarse al gobierno y que eso no implica un costo ciudadano. Esperamos que tras la votación en sala el 23 de agosto de este proyecto, no se comience a gestar un camino de consensos para hacer coincidir la rebaja de jornada laboral con medidas de flexibilidad laboral.
7.- La crisis climática y en particular la crisis hídrica nos indica que de no tomar medidas se perderán el 40 % de los empleos según lo informado por el secretario general de la ONU. En Chile, enfrentados al debate sobre la propiedad del agua, se realizará paralelo a la COP 25, la cumbre de los pueblos que convocará a una marcha nacional el 17 de noviembre. Nos sumamos y pondremos toda nuestra capacidad orgánica a disposición de este esfuerzo de unidad social.
8.- Eventos como COP25 y APEC, deben ser momentos de convergencia para seguir fortaleciendo la unidad de los actores sociales, pero sobre todo para relevar que junto con todas las iniciativas individuales y colectivas tendientes a proteger el medio ambiente, es necesario y urgente debatir sobre el modelo de desarrollo que se requiere para las próximas décadas. Pretender seguir sosteniendo el crecimiento de nuestro país, en base a precio del cobre o el valor del dólar para exportar e importar resulta insostenible frente a las necesidades y desafíos que enfrentamos como país.
Es el momento para enfrentar nuestros temores y debatir como país y con todos los actores, no solo el trabajo del futuro, sino por sobre todo el desarrollo sostenible del presente, para tener un futuro de esperanza.
Consejo Directivo Nacional Ampliado
Central Unitaria de Trabajadores