Ante la intervención del presidente de la CPC, don Juan Sutil, que siendo consultado por el cierre total de la fábrica de detergentes de la empresa Unilever Chile, la que dejará de producir en nuestro país después de 60 años, dejando a más de 200 trabajadores cesantes, en plena crisis sanitaria y económica producto del COVID19, es que hacemos las siguientes aclaraciones:
Entender una decisión de esta naturaleza como consecuencia de un “supuesto país inestable en términos políticos y sociales” es un argumento absolutamente ideológico y alejado de la realidad, que busca justificar una negativa posición de parte del empresariado y de sectores conservadores para el desarrollo de los procesos democráticos necesarios en Chile.
Unilever en particular viene con un proceso de reestructuración mundial desde el año 2005, basado solo en elementos del mercado y buscando las mayores ganancias posibles en todas la regiones del mundo, discriminado negativamente a América Latina y el Caribe, especialmente a Chile.
En este sentido, Unilever ha desarrollado un modelo de negocios que le permita mantener sus más de 400 marcas de productos de lavar, alimentos y perfumes, en todos los países de la Región, pero sólo produciendo en aquellos que le generen el máximo ganancial posible y el menor costo de producción.
Entender esto como una decisión basada en una supuesta crisis de garantías para las empresas, es ocultar las verdaderas razones de la multinacional Unilever que invierte en todos los países del mundo más allá del modelo social y político de cada uno de ellos, pues solo ponen énfasis en mantener el prestigio de sus marcas y la rentabilidad de éstas. Prueba de ello es que han declarado abiertamente que en el caso de Chile: “No debemos preocuparnos, pues seguirán presentes en todos nuestros hogares porque somos muy importantes para la región”. Esto significa que aún cuando no generen empleos, somos buenos clientes.
Los líderes empresariales, así como las autoridades de Gobierno, deben ser mas críticos de estas formas de hacer negocios de las empresas que comercializan sus productos en nuestros país, más aún si estos son considerados “imprescindibles”, pues dejan a la población en manos de decisiones foráneas, no tan solo en productos vitales, si no también en aquellos de consumo masivo.
Esperamos ver más líderes empresariales comprometidos con la industria nacional, con los trabajadores y sus ciudadanos, pues no hay otra opción para el futuro que ampliar el modelo de desarrollo en Chile y potenciar la industria local.
Claudio Urrutia.
Presidente Sindicato Nº1 Trabajadores Unilever Chile.