La presidenta de la CUT, Silvia Silva se reunió con Fabiola Campillai para manifestar su solidaridad y exigir acelerar los procesos en la búsqueda de justicia para todos y todas las víctimas de la violencia institucionalizada que vulneró los derechos humanos de miles de personas que se manifestaron durante el estallido social, en especial para aquellas que sufrieron trauma ocular producto del impacto de bombas lacrimógenas o balines.
El miércoles pasado, la presidenta de la multisindical, Silvia Silva, junto al vicepresidente Nacional, Juan Moreno y el subsecretario de Derechos Humanos, Fabián Caballero se trasladaron hasta la residencia de Fabiola Campillai para expresar no solo su solidaridad también para simbolizar en su caso, el apoyo a la demanda de pronta justicia para todas las víctimas de la violencia perpetrada por las fuerzas policiales y militares durante las masivas manifestaciones realizadas a lo largo del país en el marco del estallido social.
De acuerdo a los datos del reporte oficial, entregado en marzo del 2020, del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) se consignaban 460 personas con lesiones oculares: 35 casos de estallido o pérdida y 425 de lesión o trauma ocular producidas por el impacto de bombas lacrimógenas o balines, aunque esas cifras las redujo drásticamente en mayo de este año, dejando un catastro de 173 casos. El INDH argumentó que hubo un cambio de criterio de tal manera que, aseguró, ahora solo consideró a quienes habían llevado a tribunales sus casos en conjunto con el organismo.
La historia de los hechos vividos por Fabiola – trabajadora de 36 años y madre de tres hijos- estremeció al país. El martes 26 de noviembre, 2019, mientras se dirigía a un Paradero (en la comuna de San Bernardo) para tomar transporte que la llevaría a su empresa y así comenzar su turno de noche, recibió, sin mediar provocación, una bomba lacrimógena lanzada a pocos metros de distancia por el excapitán de Carabineros, Patricio Maturana, que impactó de lleno en su rostro. Maturana está siendo investigado por este delito.
A partir de ese día, la vida de Fabiola cambió para siempre. Se convirtió así en la segunda víctima que perdió ambos ojos producto de la extrema violencia indiscriminada con la actuaron las fuerzas policiales y militares para reprimir las protestas multitudinarias que se desarrollaron a partir del 18 de octubre de ese año. Gustavo Gatica, estudiante de Psicología, fue la primera persona que quedó ciega, luego que en la tarde del 8 de noviembre, 2019, mientras se encontraba tomando fotografías de las manifestaciones que se estaban desarrollando en las inmediaciones de la Plaza Dignidad (ex Plaza Italia de la capital) el mayor de Carabineros, Claudio Crespo, le disparó perdigones. Crespo está formalizado, siendo investigado por este crimen.
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