Los resultados del 7° Barómetro del Trabajo, elaborado por MORI Chile en conjunto con la FIEL y el apoyo de la FES Chile: “Dan cuenta de la justeza de la agenda social y de las medidas que hemos planteado al Ejecutivo y que tienen absoluta sintonía con el padecer de nuestra población”. Así lo señaló la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa tras conocerse, este lunes, la última edición del estudio que como conclusión refleja la percepción de desamparo de la clase trabajadora, el miedo al contagio COVID-19, el miedo a perder el trabajo y la incertidumbre económica producto de los ingresos familiares que no les alcanza para llegar a fin de mes.
Este lunes, se dio a conocer la 7ª edición del Barómetro del Trabajo; estudio elaborado por la Empresa de Investigación de Opinión Pública MORI Chile en conjunto con la Fundación Instituto Estudios Laborales, FIEL Chile (institución al alero de la CUT) y el apoyo de la Fundación Friedrich-Ebert, FES Chile. La encuesta se aplicó entre el 15 de marzo y 5 de abril de este año. El Barómetro se viene realizando desde junio del año pasado. El lanzamiento contó con la presencia de la presidenta del Senado, Yasna Provoste; del ex director General de la Organización Internacional del Trabajo, OIT y presidente del Consejo Asesor para la Elaboración de Propuestas Constitucionales del Mundo Sindical de la CUT, Juan Somavía; Arlette Gay, de la Fundación Friedrich-Ebert, FES Chile y de la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa. La actividad fue moderada por Pablo Zenteno, abogado a cargo del Programa de Diálogo Social y Tripartismo de la FIEL Chile.
Los desoladores datos fríos
De acuerdo a los datos arrojados, la directora de MORI Chile, Marta Lagos concluyó que hoy: “Chile es un país de trabajadores, un país de Clase Baja, donde la mitad de la población hoy día no tiene plata suficiente para llegar a fin de mes y, crecientemente, la gente tiene menos plata para comer al día […] Estamos en una crisis económica, social y política de envergadura”. Algunos de los datos que lo respaldan: el 59% de la población se considera de clase “Baja o Media Baja” y el 76% se considera pertenecer a la Clase Trabajadora. El 51% de los chilenos declara tener problemas de dinero, deudas, cesantía e incertidumbre económica y sanitaria respecto del COVID-19. Consultados por los problemas a nivel país: el 28% menciona el control de la pandemia y el 23% la “desigualdad social, económica, salarial y cesantía”. Solo el 43% es feliz con su trabajo. El 82% de la Clase Alta trabaja remotamente; y solo el 30% de la Clase Baja. El 51%, recibe ingresos que oscilan entre los $301 mil y $500 mil. Solo el 32% declara comer 3 comidas calientes al día. Al 54% del país no le alcanzan sus ingresos para llegar a fin de mes, dentro del cual, el 77% es de Clase Baja. El 64% afirma que no es justo el salario que percibe y para los encuestados, el salario mínimo, en promedio, debe ser de $465.547. El monto de la pensiones, se estableció, en promedio, de $391.273, no obstante, un 27% declara que debía ser igual al del salario mínimo.
- La justeza de las demandas de la CUT
Figueroa, destacó que: “Estos datos nos dan cuenta de lo justo y necesario de seguir bregando por la Renta Básica de Emergencia que llegue al 80% de la población sin requisitos ni condiciones ni letra chica como está ocurriendo hoy con el Bono Clase Media”. Una renta de este tipo, probablemente, acotó: “Podría haber sostenido de mejor manera un declive en la economía”, ya que, explicó, la población con sus ingresos dinamiza la economía.
Y esto, agregó: “Se complementa con el debate que estamos dando en materia de salario mínimo, donde la expectativa social, la expectativa ciudadana ($465.547) es muy cercana a lo que estamos planteando. Eso da cuenta que no estamos lejos cuando estamos exigiendo un salario mínimo que permita superar la línea de la pobreza y una Renta Básica de Emergencia que también se corresponda con este monto de los $500 mil”.
Asimismo, enfatizó que los datos del Barómetro también refuerzan las demandas de la Central que deben quedar plasmadas en la nueva Constitución Política, partiendo por colocar al centro de la sociedad, al centro de la Carta Magna, el Valor del Trabajo, eso, precisó: “Nos permite un cambio de paradigma no solo un debate de garantías de derechos […] Si queremos construir ese Chile más próspero, solo vamos a poder hacerlo si nos referenciamos en mundo del trabajo, donde la prosperidad y la felicidad estén presente. Cuando somos infelices en el mundo del trabajo, no podemos pensar que hay una sociedad sana”. Y los desafíos, dijo, no son solo, para este presente aciago de profunda y multidimensional crisis también para la reconstrucción económica post pandemia, que implica a su vez la reconstrucción del tejido laboral cuya base debe ser la exigencia de “Trabajo Decente: “debemos hablar de cuál será el desafío para el mundo del trabajo, el tipo de empleo que queremos crear, cuáles son las condiciones para ello […] Tenemos que pensar en todos los tipos de trabajo que, post pandemia, se deben crear, de las nuevas formas de trabajo y cómo las protegemos”.
Cabe recordar y reiterar que la CUT ha presentado al Gobierno tres planes nacionales de emergencia con medidas integrales para abordar la crisis. El primero lo entregó a la entonces ministra del Trabajo, María José Zaldívar, el 17 de marzo, 2020; el segundo, el 1° de junio y el tercero, al Parlamento, el pasado 29 de marzo que contempla 15 medidas distribuidas en 5 campos de acción. Sin embargo, el Gobierno no ha acogido los planteamientos.
Y es precisamente el mal manejo de la crisis multidimensional que vive el país, la ofensiva de la derecha política y empresarial (muy bien graficada al momento en que el Ejecutivo designa como ministro del Trabajo, al UDI Patricio Melero) es que la CUT convocó para el próximo 30 de abril una Huelga General Sanitaria en protesta por el desamparo de la población.
- El rostro del miedo a la cesantía
La presidenta del Senado, Yasna Provoste valoró la seriedad de este instrumento que sondea la percepción de los trabajadores)as), destacando la articulación de las instituciones comprometidas en su elaboración. Respecto del alto porcentaje de personas que afirma que: “…sus problemas más importantes son la falta de recursos, el desempleo […] la inestabilidad laboral, las incertidumbres derivadas de la pandemia, es algo que los responsables de gestionar las políticas públicas no parecieran aceptar. El rostro del miedo a la cesantía es el prototipo de personas trabajadoras, con educación media, con una edad entre 26 y 60. Ese rostro del miedo al desempleo es algo que también debiéramos ocuparnos mucho más directamente […] Es preocupante confirmar que una cuarta parte de las familias solo acceden a una comida caliente al día […] Es indudable que los ingresos monetarios aportados por todos los miembros de una familia en Chile no alcanzan para vivir”.
Es por eso, explicó que: “hemos promovido desde el Parlamento y también en eso con diálogo con la Central Unitaria de Trabajadores, el poder tener una renta básica universal: primero de emergencia para todos con la sola excepción del 10% de la población de más altos ingresos y después, permanente como una política pública orientada a garantizar la seguridad”.
Sobre el promedio del salario que establecieron los encuestados ($465.547) que más o menos ha fluctuado en ese monto en las última tres mediciones del Barómetro y, tomando en cuenta que incluso un 30% lo establece entre $300 mil y 300.999, señaló que estos datos: “también nos habla de una comunidad que es ponderada en sus expectativas, pero que hoy padece una realidad que es muy lacerante”.
Asimismo, sobre las cifras de infelicidad con el trabajo, aseguró que: “no seremos nunca una sociedad desarrollada con niveles tan altos de insatisfacción con el trabajo […] ¿qué temores hay detrás de esa respuesta?”. Las desigualdades, dijo, se expresan a través de todo el tejido social y se extienden desde el barrio al trabajo: “Por eso la infelicidad en el trabajo está relacionada con las carencias de salud, vivienda, de seguridad y protección”.
Afirmó a modo de conclusión, que contribuir con una agenda laboral en el debate constituyente: “será cimiento de gobernabilidad, de paz social y de espíritu de transformación”.
- El mal estado del trabajo en Chile
Somavía quien preside el Consejo Asesor de la CUT en materia de la elaboración de propuestas constituyentes del mundo sindical, fue categórico en asegurar que, con estos datos, una vez más queda reflejado que: “Todo esto en su conjunto nos indica el mal estado del trabajo en Chile y el hecho que, en Chile, hoy día, no se valora el trabajo del ser humano”.
Y la raíz de esto está en la Carta Fundamental: “El trabajo en la Constitución, en mucha partes de la legislación, se considera un costo de producción; en circunstancias que no puede ser considerado solo como costo de producción […] No se puede tratar como una mercancía […] Tiene un conjunto de otras dimensiones sociales que es lo que le da valor social al trabajo”.
De ahí, puntualizó, la importancia de la necesidad de promover constitucionalmente el concepto de “Trabajo “Decente”, porque en su esencia: “El trabajo es fuente de dignidad personal […] Es la manera de cómo vivimos nuestra propia vida […] Es parte de las entradas de las familias […] El trabajo es fuente también de paz en la comunidad, porque una comunidad donde en general hay un trabajo de calidad, resulta que también hay menos violencia”. Y un elemento que a su vez resaltó es que: “El trabajador es ciudadano […] Y en la idea de ciudadano, el sindicalismo tiene un papel que jugar en la sociedad”.
Desde esa mirada, el trabajo decente contribuye a la cohesión social y a la convivencia democrática. De ahí la necesidad que se recoja en la nueva Constitución el derecho al trabajo de la mano del trabajo decente, concepto que ha sido reconocido por la OIT y la ONU.
- Apoyo permanente de la FES Chile
Arlette Gay, directora de Proyectos de la FES Chile, aseguró que el apoyo de la fundación impulsando la elaboración de este tipo de instrumentos es muy importante porque constituye una contribución muy concreta para la discusión en la opinión pública de temas laborales que no suelen estar muy presente, por lo menos al nivel de encuestas.
Resaltó que la FES en todos aquellos países donde opera, su objetivo es fortalecer las democracias, y en ello, acotó: “Fortalecer al actor sindical es clave y no solo en su rol de negociación en el contexto de la empresa, sino que en su rol socio-político. El actor sindical, en un país como Chile, donde está muy centrada la negociación a nivel de empresa […] pierde muchas veces su capacidad de poder ser un actor relevante en la discusión pública para instalar estos temas macro que afectan, directamente, la calidad de vida de todas las personas que habitan en un país”.
En esa perspectiva, dijo que la CUT: “siempre ha tratado de cumplir de buena manera este rol; la instalación de la Fundación FIEL es una demostración práctica […] Este tipo de estudios como el Barómetro del Trabajo justamente se insertan en poder otorgar no solamente datos, sino que también aproximaciones distintas a este rol socio-político que tiene que tener la CUT”. Es por ello que manifestó que la FES: “tiene la decisión de mantener el apoyo a este trabajo que hace la CUT”.
- Lee o descarga acá informe del 7° Barómetro del Trabajo