“Aquí se evidencia una empresa infractora, vulneradora de los derechos de los trabajadores pero vemos a un director del Trabajo que en vez de estar sacando dictámenes para validar grupos negociadores, no se preocupa de que los trabajadores puedan ejercer libremente su derecho a negociar colectivamente”.
Estas son las contradicciones de la Dirección del Trabajo (DT) que advierte la vicepresidenta de Relaciones Internacionales de la CUT, Tamara Muñoz, a través de la cual la Central está prestando su apoyo y asesoría al sindicato de trabajadores de la cadena de Gimnasio Pacific Fitness quienes desde el pasado 6 de septiembre, comenzaron su primer proceso de negociación colectiva. Proceso que ha estado lleno de escollos impuestos por la empresa, recurriendo no solo a amenazas de dejarlos sin sus sueldos, o llanamente despedirlos, si hacen efectiva la huelga –votada mayoritariamente- que sería el próximo miércoles 31 de octubre.
“El dueño cree que su empresa es como su reinado. Un patrón de fundo que cree que dentro de su empresa puede hacer y deshacer con los trabajadores y que está por sobre las leyes, las normas del Código del Trabajo”, señala Muñoz, precisando que los trabajadores han interpuesto tres denuncias por hostigamiento y prácticas antisindicales en la Inspección del Trabajo que ya fueron constatadas y pasaron a tribunales mientras que otras tres se han ingresado y están siendo investigadas.
El tesorero del Sindicato, Óscar Rojas, contó que hasta la fecha, con mediaciones regladas mediantes, los empleadores no han dado respuesta a sus demandas contempladas en el petitorio que, entre otras, son reajuste salarial, precisando que los sueldos son bajos además que están sujetos a comisiones. Es más, dijo el dirigente, en lo que está enfrascado el empleador es en debilitar el movimiento de los trabajadores (as) con una serie de prácticas antisindicales que se han venido sucediendo desde incluso se formó el sindicato; el primero que se ha podido constituir en la empresa.
Ahora con la huelga aprobada: “Mandan a los coordinadores a preguntarle a los mismos socios del sindicato si es que están en el sindicato, si es que fueron a votar la huelga. Les meten presión de que los van a dejar sin sueldos, de que van a perder todas las gratificaciones que tienen. Son amenazas monetarias: Si estás en la huelga, no hay sueldo”, contó a modo de ejemplo de la presiones que están sufriendo.
Otra práctica del empleador, agregó, es que a los “jefes y sub jefes de las sucursales más grandes -que son trabajadores bien evaluados- los están enviando a sucursales más pequeñas que no venden tanto como las grandes; si llegamos a hacer efectiva la huelga podemos cerrar la sucursales más pequeñas, pero las más grandes van a seguir funcionando porque ahí están poniendo trabajadores que no están afiliados al sindicato para que así sigan funcionando”.
Pero la desesperación por frenar la movilización, ha llevado a la empresa a: “Buscar cambios, abriendo una nueva Razón Social y cambiando a los trabajadores que están en el sindicato de manera unilateral, no podrían cambiarlos en un proceso de negociación colectiva metiendo anexos. Están amenazando que van a tirar a quiebra una Razón Social y están pasando a todos los trabajadores a una nueva”.
Las condiciones laborales de esta cadena de gimnasio tampoco podrían catalogarse de admirables pues trabajan en un ambiente de mucha presión: “Para ir al baño hay que pedir hasta permiso en un grupo de WhatsApp diciendo: Voy al baño. Cada vez que te paras de la recepción tienes que avisar. Las cámaras de seguridad que hay más bien son de espionaje. Hay constante amedrentamiento a los trabajadores”.
Y es precisamente porque su lucha es justa, es que Rojas es enfático en concluir que: “Vamos a seguir dando la pelea por hasta el final”.