Aciago y desconcertante inicio del año para los 180 trabajadores y trabajadoras de la gigante transnacional de capitales europeos que fueron despedidos, sin aviso previo, el pasado 2 de enero a las 10:30 horas bajo el argumento de la externalización de operaciones en el centro de distribución ubicado en Lampa (zona norponiente de la capital).

Así lo dio a conocer el presidente del Sindicato N° 1 Unilever Chile –uno de los más antiguos del país, próximo a cumplir 90 años de trayectoria- y presidente también de la Federación de Sindicatos Unilever Chile, Claudio Urrutia, quien este viernes junto a decenas de trabajadores realizaron una manifestación en la Plaza de la Constitución (frente al Palacio La Moneda), hasta donde llegó también a manifestar su solidaridad la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa junto a las vicepresidentas Nacional y de la Mujer e Igualdad de Género, Amalia Pereira y Julia Requena respectivamente.

Una vez finalizado el acto, los trabajadores se trasladaron en una marcha hasta la Oficina de Partes de La Moneda para entregar una carta al Presidente Sebastián Piñera en la que solicitan “a las autoridades de este país, intervenir en este problema que genera cesantía e inestabilidad social para más de 180 familias (…) que inician este nuevo año con la terrible noticia de no contar con su sustento de un día para otro”. El lunes próximo se reunirán con el presidente de la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados.

Los afectados son todos sindicalizado, a quienes el día de la notificación de despido, se les solicitó que “se retiraran con sus pertenencias en bolsas plásticas, dejando una incómoda sensación de desconfianza y menoscabo a la dignidad de quienes han sido sus trabajadores por años”, contó Urrutia, calificando los masivos despidos como una “medida arbitraria y sorpresiva”.

En esa perspectiva, el dirigente condenó “la falta de compromiso y seriedad de la empresa multinacional”, recordando que Unilever tiene un acuerdo firmado ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) “tras el despido masivo producido en el año 2005 por el cierre de la planta de perfumería”. En ese acuerdo, precisó, Unilever –de capitales británicos/holandeses- “se obliga a informar, con un mínimo de 6 meses, al Sindicato N°1 los casos de cierre de sectores de operaciones, con el fin de reducir los impactos negativos no solo para las y los trabajadores  también para las familias que están detrás y dependen de este trabajo”.

Asimismo, Urrutia, denunció prácticas antisindicales en este proceso como la de “intentar llegar a acuerdo de salida con trabajadores y trabajadoras a espaldas del sindicato”.

Sobre la tercerización de operaciones como excusa para estos despidos, Urrutia fue enfático en señalar que “la base de los argumentos que la empresa utiliza para generar estos cambios, no se condice con el crecimiento y desarrollo sustentable que esta declara seguir”.  La transnacional, presente en 190 países,  tiene más de 2 mil millones de personas que usan día a día sus productos,  según la propia web de Unilever y cientos de marcas. En Chile entre las más conocidas están: Drive, Omo, Rinso, Knorr,  Dove, Lux, Hellmann´s, Cif, Pepsodent, Lipton, Vim. Maizena, VO5, Rexona.

En tanto Figueroa, junto con expresar el respaldo y solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de Unilever, fue enfática en  puntualizar que el caso de estos despidos masivos viene a engrosar la ya crítica y alarmante tasa de desocupación que registra el país. Ante esta evidente y amarga realidad,  sin duda que para el mundo del trabajo, el tema de la empleabilidad es lo que debería ser lo medular de la discusión, es decir: “¿Cómo generamos más y mejor empleo; empleo de calidad, trabajo decente y cómo aseguramos que el crecimiento le llegue a todas y todos los chilenosY no esta ficción, este debate un poquito de caricatura, medio popular que está haciendo el Gobierno cuando dice: ´Vamos a presentar los informes de comisiones técnicas,  los informes de comisiones sindicales´ donde este debate respecto de la empleabilidad, no está puesto en el centro del debate”.

En esa línea, explicó que: “Los códigos laborales son instrumentos que regulan la relación laboral, no que  tienen por objetivo generar  más empleo. Por lo tanto no hay que confundir los planos. Creo que en eso el Gobierno, interesadamente, trata de generarnos la idea de que con un Código Laboral que no permite más flexibilidad, es eso lo que está impidiendo mayor empleo, cuando en realidad lo que tenemos es que las empresas están cerrando sin ningún debate mediante: Aquí no estamos frente a un sindicato en huelga, no estamos frente a un sindicato que haya tenido conflicto, no estamos frente a un sindicato que sea poco dialogante. Por lo tanto, nadie puede suponer que es producto de las rigideces del Código del trabajo que hoy día estamos enfrentando esta situación”.

Es por ello que reiteró: “Todo ese debate que está pretendiendo generar el Gobierno en torno al crecimiento del empleo por la vía de más flexibilidad nosotros lo rechazamos tajantemente  y no vamos a estar disponible a un debate de estas características ni con el gobierno ni con ninguna autoridad que así lo pretenda entender”.