“Que el pueblo por primera vez entienda que no es desde arriba, sino desde las raíces mismas de su propia convicción de donde debe nacer la Carta Fundamental que le dará su existencia como pueblo digno, independiente y soberano”, Salvador Allende.
Estaba previsto que en septiembre de 1973, Salvador Allende convocaría un Plebiscito para aprobar o rechazar las bases de la propuesta de una nueva Carta Fundamental para Chile. Y nada más vigente, en este momento histórico que vive el país, que lo manifestado por el presidente Allende: “Que el pueblo por primera vez entienda que no es desde arriba, sino desde las raíces mismas de su propia convicción de donde debe nacer la Carta Fundamental”.
El documento, resalta a tal punto el rol de la Clase Trabajadora que en sus postulados sobre la composición del Congreso, estipula la creación de la Cámara de los Trabajadores cuyos miembros serían electos en votación nacional y desde la cual partiría la tramitación de cualquier proyecto de ley.
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Y, justamente, el análisis de la Carta Magna de la Unidad Popular (UP), fue uno de los temas del último capítulo de “Cabildos Constitucionales”, organizados en conjunto por la Fundación Instituto de Estudios laborales (FIEL) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT Chile). La clausura del ciclo, se centró en “La Constitución de Allende y el rol de los/as trabajadores/as en democracia». La jornada, semi-presencial, se realizó el jueves pasado.
Los panelistas fueron: Alexis Cortés doctor y máster en sociología junto a miembros del Comité Ejecutivo de la CUT: Bárbara Figueroa, presidenta; Nolberto Díaz, secretario General y José Manuel Díaz, vicepresidente de Gestión Financiera y Administrativa.
“¿Qué tanto puede aportar la Constitución de Allende al momento en que nos disponemos a enterrar la Constitución de Pinochet?”
“Sin duda el rol protagónico que la Constitución de la UP le otorga a las y los trabajadores en la construcción de la democracia, es una primera respuesta a esta interrogante. Nos puede ofrecer, incluso, comprender la importancia del proyecto allendista, no como una acción nostálgica sino como un ejemplo que puede inspirar para imaginarnos otra sociedad”, resaltó Cortés quien hizo un detallado análisis de los contenidos de las bases de la Carta Fundamental de Salvador Allende.
Calificó la propuesta de Allende como: “paradigmática por cómo releva el Trabajo; 60 menciones en el documento […].Es notable la importancia que le otorga a la expresión organizada de las y los trabajadores; los sindicatos, con seis menciones y la CUT Única (Central Única de Trabajadores, 1953-1973) con cinco menciones”.
Figueroa también coincidió en lo actual que resulta el proyecto de Allende sobre lo que: “…significa, en este tiempo presente, poner el Valor del trabajo en el centro de la sociedad”, destacando elementos significativos de los ejes allendista que: “…son los temas que nos convocan hoy día […]: consagración de derechos sociales, soberanía y el modelo alternativo de desarrollo”.
Temas, aseguró, en los que el mundo de los trabajadores organizados puede ser un aporte en el debate Constitucional que partió tras el demoledor triunfo del APRUEBO-CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL. Un proceso, recalcó, que no estará exento: “…de tensión y que por lo tanto nos obliga a todos los actores a entender que este no va a ser un tiempo fácil […].Esto va a ser con movilización […] respecto del rol que nos toca a los actores sociales en la presión para que nuestras posiciones se reflejen en este debate”.
Nolberto Díaz, remarcó la trayectoria de Salvador Allende particularmente: “…en la centralidad que él pone, en la importancia del movimiento laboral y del movimiento sindical en el desarrollo de las políticas públicas”, agregando que el golpe militar de Pinochet lo que buscó fue, precisamente: “…terminar con esta centralidad y, además, terminar con el movimiento sindical. Por eso digo que el movimiento sindical es un detenido-desaparecido, es una víctima, un torturado; es lo que trataron de apagar en este país […] antes que todas las modernizaciones de la dictadura”.
En esa línea, puntualizó que Allende: “…fue un adelantado a su época”, al colocar el valor del trabajo como eje rector de la sociedad; principio, que debe comprender materias como la negociación ramal y la protección de la sindicalización obligatoria y que queden establecidos en esta nueva Constitución que será redactada por miembros elegidos por voto popular.
José Manuel Díaz, señaló que uno de los elementos comparativos con el actual Proceso Constitucional es que: “El sujeto que acompañó al presidente Salvador Allende fue el pueblo organizado […] y en el pueblo fueron los trabajadores organizados a quienes Allende los veía como garantes de la soberanía popular”.
En esa perspectiva, precisó que: “Allende les tenía un enorme respeto a los trabajadores […], una enorme valorización del rol del Trabajo que está casi invisibilizado en la Constitución actual […]. Los elementos que acompañaron al proceso de construcción y pensamiento de la Constitución del presidente Allende […] tenía a los sindicatos, a la Central Única de Trabajadores como elementos centrales de la garantía de los organismos intermedios de la sociedad”.
Revive acá transmisión Cabildos Constitucionales: “La Constitución de Allende y el rol de los/as trabajadores/as en democracia»