Para que nunca más: A 114 años de la masacre de la Escuela Domingo Santa María de Iquique CUT honra a las y los trabajadores asesinados por exigir dignas condiciones laborales

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«¡Benditas víctimas que bajaron desde la pampa llenas de fe y a su llegada lo que escucharon, voz de metralla tan solo fue Baldón eterno para las fieras
masacradoras sin compasión! ¡Queden manchados con sangre obrera como un estigma de maldición!
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Este 21 de diciembre se conmemoran 114 años de uno de los episodios más sangrientos de las luchas del movimiento obrero de fines del siglo XIX y principios del XX, que marcó profunda y laceradamente la historia de Chile: la huelga general en el norte del país («Huelga de los 18 peniques»), iniciada el 10 de diciembre 1907 en la Oficina salitrera de San Lorenzo, se enmarca en la rebelión ante las deplorables condiciones laborales, impuestas por los explotadores y usureros empresarios del salitre. La paralización se extendió a la oficina Alto San Antonio y siguió en aumento la adhesión según pasaban los días. El Gobierno de Pedro Montt envió a los militares e incluso tropas del Regimiento de Artillería de Marina. Las estimaciones oscilan entre 12 mil y 23 mil huelguistas; a los pocos días se reunieron en la Plaza Montt y en las dependencias de la Escuela Domingo Santa María. A las 15:30 horas del 21 de diciembre, el general Roberto Silva ordenó la matanza. La cifra de víctimas varía de acuerdo a diferentes fuentes: entre 3.600 y 2.200 trabajadores asesinados.

Silvia Silva

La presidenta de la CUT, Silvia Silva, manifestó en este 114 aniversario: “La Masacre en la Escuela Santa María de Iquique es un hecho que no podemos olvidar, para que nunca más se vuelvan a repetir episodios horrorosos en nuestro país, que atenten contra de las y los trabajadores que se movilizan por justas demandas laborales”.

En tanto el vicepresidente de Comunicaciones de la CUT, José Pérez Debelli, señaló: «…honramos la memoria de quienes perdieron la vida por más derechos: por trabajo digno y decente, por mejores remuneraciones».

José Pérez Debelli, vicepresidente de Comunicaciones CUT Chile

  • Las demandas de los obreros:
  • «Aceptar que mientras se supriman las fichas y se emita dinero sencillo cada Oficina representada y suscrita por su Gerente respectivo reciba las de otra Oficina y de ella misma a la par, pagando una multa de $ 50.000, siempre que se niegue a recibir las fichas a la par.
  • Pago de los jornales a razón de un cambio fijo de 18 peniques. Libertad de comercio en la Oficina en forma amplia y absoluta.
  • Cierre general con reja de fierro de todos los cachuchos y chulladores de las Oficinas Salitreras, so pena de pagar de 5 a 10.000 pesos de indemnización a cada obrero que se malogre a consecuencia de no haberse cumplido esta obligación.
  • En cada oficina habrá una balanza y una vara al lado afuera de la pulpería y tienda para confrontar pesos y medidas.
  • Conceder local gratuito para fundar escuelas nocturnas para obreros, siempre que algunos de ellos lo pida con tal objeto.
  • Que el Administrador no pueda hacer arrojar a la rampa el caliche decomisado y aprovecharlo después en los cachuchos.
  • Que el Administrador ni ningún empleado de la Oficina pueda despedir a los obreros que han tomado parte en el presente movimiento, ni a los jefes, sin un desahucio de 2 a 3 meses, o una indemnización en cambio de 300 a 500 pesos.
  • Que en el futuro sea obligatorio para obreros y patrones un desahucio de 15 días cuando se ponga término al contrato.

Este acuerdo una vez aceptado se reducirá a escritura pública y será firmado por los patrones y por los representantes que designen los obreros».


«Evitar que la memoria histórica sea vaciada»

El historiador y panelista del programa «Memoria Viva» de Radio Recabarren, Patricio Quiroga, consultado por el impacto en el presente de este cruento episodio, sostuvo que este hecho: «Debe necesariamente ser estudiado, conversado en los colegios para evitar que la memoria histórica sea vaciada de este tipo de acontecimientos, sobre todo cuando estuvimos muy cerca, en estos últimos días, de volver a un ciclo autoritario bajo la conducción de José Antonio Kast».

Patricio Quiroga, historiador y panelista del programa «Memoria Viva» de Radio Recabarren

Canto a La Pampa

El obrero y poeta, Francisco Pezoa, conmovido por estos hechos, escribió el poema «La Pampa» en homenaje a los obreros asesinados:

I

Canto la Pampa, la tierra triste,
réproba tierra de maldición,
que de verdores jamás se viste
ni en lo más bello de la estación;
donde las aves nunca gorjean,
donde no crece la flor jamás,
donde riendo nunca serpea,
el arroyuelo libre y fugaz,

II

Año tras año por los salares
del desolado Tamarugal,
lentos cruzando van por millares
los tristes parias del capital;
sudor amargo su sien brotando,
llanto sus ojos, sangre sus pies,
los infelices van acopiando

montones de oro para el burgués

III

Hasta que un día, como un lamento
de lo más hondo del corazón,
por las callejas del campamento
vibró un acento de rebelión;
eran los ayes de muchos pechos,
de muchas iras era el clamor,
la clarinada de los derechos
del pobre pueblo trabajador.

IV

«Vamos al Puerto, dijeron, vamos,
con su resuelto, noble ademán,
para pedirles a nuestros amos
otro pedazo, no más de pan»
Y en la misérrima caravana
al par del hombre marchar se ven,
la amante esposa, la madre anciana,
y el inocente niño también

V

¡Benditas víctimas que bajaron
desde la pampa, llenos de fe,
y a su llegada lo que escucharon,
voz de metralla tan sólo fue!
¡Baldón eterno para las fieras
masacradoras sin compasión!
¡Queden manchados con sangre obrera
como un estigma de maldición!

VI

Pido venganza para el valiente
que la metralla pulverizó;
pido venganza para el doliente
huérfano triste que allí quedó;
pido venganza por la que vino
tras del amado su pecho a abrir:
pido venganza para el Pampino
que como bueno supo morir


Luego Quilapayún lo inmortalizó bajo el nombre «Canto a La Pampa».


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