CUT llama a no engañarse con el Plan Laboral Piñera 2.0: ¿De qué habla el Gobierno cuando propone flexibilizar la jornada laboral?

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Poniendo ahora como excusa la necesidad de “adaptarse” a las transformaciones que está sufriendo el mundo del Trabajo -producto de factores tales como la creciente automatización de los puestos de trabajo- el Gobierno de Sebastián Piñera está empeñado en sus  contrarreformas laborales para, según él, los trabajadores y trabajadoras se “adapten” a estos cambios, hincando el diente, una vez más, a la flexibilización de las jornadas laborales (horarios) asegurando además que así los trabajadores y trabajadoras serán más felices con más tiempo para la familia, el ocio o el estudio sin perder, asegura el Gobierno, ningún derecho laboral aunque voces de expertos disienten asegurando que esta es una especulación del más alto nivel.

Pero ¿qué hay detrás, cuál es la letra chica en los proyectos de ley de Piñera como el del Teletrabajo? (Trabajo a distancia y que es una propuesta legislativa con un algunos matices pero que tiene su matriz en uno que presentó en el 2010 y que no prosperó); ¿qué se esconde en el proyecto Estatuto Laboral para Estudiantes de Educación Superior?…¿por qué son majaderos en insistir en lo bueno que es para una persona trabajar desde su casa, aislado sin contacto con el resto de los compañeros de pega o que ensalcen  los pactos individuales de horario de jornada como la panacea para un mundo feliz?.

“Las condiciones de flexibilidad cuando se intentan imponer, siempre significan menores condiciones en la calidad del empleo de los trabajadores. Cuando hablamos de precarizar laboralmente, estamos planteando por ejemplo, preguntas que no responde el ministro: Que trabaje desde su casa, ¿significa que no va  a haber más bono de colación ni de locomoción; que trabaje desde su casa ¿significa que no va a tener cobertura de ley que los proteja en el trayecto a su trabajo; ¿significa que le van a dividir la jornada en tres, cuatro, y en cinco (parceladas) durante ocho horas?

Esas son solo algunas de las interrogantes que cabe plantearse asegura el consejero nacional de la CUT y vicepresidente de Comunicaciones, Eric Campos ante esta nueva arremetida de la Derecha política y empresarial. Desde el punto de vista meramente de condiciones laborales, el proyecto como el del Teletrabajo (tramitando en el Congreso) abre grandes incertidumbres respecto a cómo se materializaría en la práctica (y no en el papel solamente) trabajar, por ejemplo, desde la casa. Temas como el seguro de protección, en casos de accidentes en la casa mientras está en su horario de trabajo o de cobertura para enfermedades profesionales: ¿cómo se fiscalizarían en terreno o cómo se determinarían?;  ¿tendrán efectivamente los mismos derechos a beneficios que puedan recibir los otros trabajadores de la empresa?; ¿será siempre con debida protección social y de salud?; ¿cómo efectivamente se harán  cargo de las mínimas condiciones de infraestructura y seguridad que deben tener para trabajar en sus casas?; ¿a quién le cargarán los gastos básicos de luz, teléfono, agua, papel higiénico, etcétera en los que se incurran durante el mes laboral…serán incluidos en los salarios…habría merma de los mismos o se darían bonos que nunca alcanzan a cubrir el real gasto?; ¿se cumplirán los horarios o tendrá el trabajador que estar dispuesto a cualquier hora de día?; ¿se pagarán las horas extraordinarias?; ¿será realmente “voluntario” o si se le obliga y no acepta podrían despedirlo?; ¿tendrá derecho a sindicalizarse si su empresa tiene sindicato o derecho a huelga?, ¿se pagarán en los tiempos convenidos?, son también parte de las dudas de los trabajadores y trabajadoras que miran con escepticismo fundado, las “bondades” con las cuales están “vendiendo” a la ciudadanía este proyecto al igual que el del Estatuto Laboral para Jóvenes. Además que ya existe una ley que regula el teletrabajo.

Y como efectivamente son más las incertidumbres que generan estos modelos flexibles de Trabajo que buscan adaptarse a los  cambios, Campos es categórico: “¿De qué estamos hablando cuando se busca, según ellos, adaptarse a la nueva realidad?: Lo que están diciendo es que buscan adaptarse  a las necesidades del Capital, es decir a las necesidades de los empresarios para que los empresarios puedan producir más a menor costo. Eso busca esta batería de contrarreforma laboral: Adaptar las condiciones de trabajo para producir a menor costo y por lo tanto aumentar la ganancia del capital acosta, una vez más, de los trabajadores y  trabajadoras (…). En esta idea fantasiosa de señalarle a la ciudadanía que va a poder individualmente pactar su jornada con el empleador, lo que se esconde es precarizar las condiciones de trabajo”.

Y es en esa línea, acota, en la que  están encaminadas las contrarreformas del Gobierno que incluye anuncios tales como “otorgar poder negociador  a los grupos negociadores también se intenta que el empleador extienda beneficios unilateralmente. Es lo que ellos han llamado resolver los nudos de la reforma laboral que no es otra cosa que los pequeños espacios de poder sindical que arrojo y dejó la reforma laboral anterior”.

Es por eso que el dirigente va más allá, profundizando en el quid del empecinamiento del Ejecutivo: “El Gobierno, está utilizando la jornada laboral como contenido en su proyecto de ley para  ocultar las reales intenciones de esta contrarreforma laboral que no son sino otra cosa que debilitar a los sindicatos y el poder colectivo, organizado, de los trabajadores”. Es decir, implantar un Plan Laboral Piñera 2.0 (el primero fue el que impuso durante la dictadura, el hermano del actual Presidente, José Piñera) el cual se centró fundamentalmente en atomizar el movimiento obrero   porque justamente, la Derecha tiene clarísimo, incluso a veces más que los propios trabajadores, que la unidad de la clase trabajadora, es el motor de presión de los cambios necesarios para establecer  justicia social en cualquier país del mundo. Es a eso lo que le temen.

Ahora bien, dice Campos, si el Gobierno realmente lo que quiere es hacer la vida más fácil a los trabajadores y está pensando en lo sano que es que tengan más tiempo para la familia y el ocio sin que por ello se pierdan derechos laborales: ¿Por qué no potencia el Proyecto de Ley que busca reducir la jornada Laboral de 45 a 40 horas semanales?. Un proyecto, sencillo pero al callo: Busca precisamente conciliar trabajo con vida personal y familiar y que “bajo ninguna circunstancia se podrá disminuir la remuneración actual de cada trabajador(a)”. Iniciativa impulsada por la diputada Camila Vallejos que entró a discusión esta semana  a la Comisión de Trabajo de Cámara Baja , presidida por el diputado Gastón Saavedra quien también presentó un proyecto similar.

 “La discusión de las 40 horas es una buena oportunidad para los trabajadores trabajadoras organizados  para ponerse detrás de un proyecto de ley que lo que hace es entregar una mirada distintas en relación al proyecto  de ley que está planteando el Gobierno que no es otra cosa que flexibilizar las relaciones laborales. Y En esta idea fantasiosa de señalarle a la ciudadanía que va a poder individualmente pactar su jornada con el empleador, lo que se esconde es precarizar las condiciones de trabajo”.

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